Sugerencias para el trabajo personal o en grupo con la Carta de Asís
Enero 2025
Principio 3. Vida cotidiana: Hacia fuera, solidaridad.
Nº 195
Download Sugerencias a la Carta de Asís nº 195
¿Todo se perderá o nada se perderá?
Introducción
Qué vértigo da tener que tomar opciones vitales sosteniéndonos en pequeños acontecimientos aparentemente frágiles y efímeros. Y que a su vez están llamados a la eternidad.
Reflexión
Recuerdo los cambios que he ido dando a lo largo de la vida. Muchas cosas que en un momento percibía para siempre, han ido cayendo y cambiando a lo largo del tiempo. Quizá haya tenido la sensación de que nada permanece, aparte del recuerdo. ¿No he vivido alguna vez la impresión de que nada queda, de que todo evoluciona y nada permanece?
Y sin embargo, también habré vivido momentos en apariencia efímeros, momentos pasajeros, que me han marcado la vida; o por lo menos han hecho que haya tomado decisiones que han influido en mi biografía vital: un encuentro fortuito, una lectura, un suceso, lo que alguien hizo o me dijo aquel lugar y en aquel momento… Podría no haber sido así, pero fue así, y dejó su huella en mí.
Quizá pueda valorar esas cosas tan pasajeras de un modo diferente, porque aunque pudieron darse de otro modo, al ser tal como fueron, adquirieron un peso y una importancia decisiva en el devenir de mi historia, o en la de las personas cercanas. ¿Cómo mirar ahora esas cosas tan pasajeras en apariencia, y que han tenido tal trascendencia para mí?
Y qué decir en lo que hacemos y en cómo hacemos con las demás personas, en nuestros actos de generosidad, de entrega o de abandono y olvido.
¿Cómo ha hecho Dios en mi vida? ¿Cómo va haciendo Dios en la vida de los demás a través mío?
Texto evangélico (Mt 10,40-42)
Jesús, en el texto evangélico que se propone, se liga al destino de sus discípulos. El significado y el valor de lo que se hace con ellos adquieren una nueva dimensión porque es a Jesús a quien se hace. Cada gesto, cada acción, cada palabra va más allá del valor circunstancial de momento; adquiere un valor de eternidad. Dios toma carne en nuestra historia personal, y en la de los demás.
Franciscanismo (2CtaF 18.25-27.30-31.48-49)
Francisco sabe de estas cosas. El mandato de amar a Dios y al prójimo se concreta en acciones sencillas y pequeñas. Esas insignificantes acciones de caridad y amor, siguiendo la mejor tradición evangélica, tienen valor eterno ante Dios, según Francisco. En palabras del mismo, entonces reposará en nosotros el Espíritu del Señor y hará en nosotros habitación y morada. ¡Ahí es nada!
Invitación a la oración
Tomo un tiempo de silencio poniéndome en presencia del Señor. Ante Él hago un repaso por momentos, gestos, acontecimientos… que, por una razón u otra, han marcado mi vida. Todo aquello que brota de mi interior lo dejo ante él (agradecimiento, asombro, queja, protesta, silencio…). Puedo echar mano también de la oración propuesta en la carta. Cierro el tiempo de oración agradeciendo.