Sugerencias

 


Notas:

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Julio de 2017  Número 105

Principio 1. Buscar cada día la relación personalizada con Dios.

Las personas necesitamos espacios y momentos de encuentro. Necesitamos espa-cios y momentos de intimidad, de parar la vida, para mirar dentro, y desde dentro; y para ser mirados... También en nuestra relación con Dios necesitamos espacios y tiempos de encuentro, para sabernos, para oírnos, para querernos.

Tema de reflexión

La oración personal

La oración personal es el espacio privilegiado de encuentro con el Señor. Y hay momentos en la vida, en la historia, en que necesitamos la relación personal con Dios como el respirar; “como la cierva busca corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío”, dice el Libro de los Salmos. En tiempos de crisis, nuestro primer alimento es acudir al Señor. Dicen que las primeras comunidades tuvieron que traba-jar toda una espiritualidad de la resistencia, porque fueron tiempos muy difíciles. Por eso la Carta de Santiago habla de que en tiempos recios es vital la oración. Y lo es para nosotros que tenemos que vivir nuestra búsqueda y nuestra fe a la intemperie, sin cobijos ni ayu-das.

Necesitamos la oración para buscar a Dios, para encontrarnos a nosotros mismos, para ser hermanos/as. Necesitamos la oración para vivir de Dios y para vivir la solidaridad. Nece-sitamos la oración para vivir.

Porque la vida gasta y nos desgasta, y nos dis-persa. Porque la vida nos va encerrando en nuestro pequeño mundo y nos va achatando la esperanza. Nos va llenando la mochila de la vida de heridas, rencores y frustraciones que intentamos compensar con sucedáneos de vi-da; espacios de compensación que nos lleven a distraernos, a evadirnos, a olvidarnos. Pero la relación con Dios nos invita a estrenar vida todas las mañanas, a comenzar cada día fres-cos, a comenzar el día con gozo y alegría, a sentir con energía la humanidad, la fraterni-dad, la entrega, el abrazo, la ternura.

Trabajar la espiritualidad es trabajar la rela-ción personal con Dios. Lo central de nuestra espiritualidad es vivir la relación personal con Dios, el ponernos cara a cara ante Él.

La oración nos lleva a la mirada de Dios, a su acción, a su Palabra. Y nos hace mirar y vivir desde Él. Ésa es nuestra fortaleza. Y, como diría Santa Teresa, “en este tiempo son menes-ter amigos fuertes de Dios”.

Texto bíblico: St 5, 13-18

Si alguno de vosotros sufre, que ore; si está alegre, que entone himnos. Si alguno de vosotros cae enfermo, que llame a los presbíteros de la Iglesia para que oren sobre él y lo unjan con óleo en nombre del Señor. La oración hecha con fe salvará al enfermo: el Señor lo restablecerá, y le serán perdonados los pecados que hubiera cometido. Reconocer, pues, mutuamente vuestros pecados y orad unos por otros para que sanéis. Mucho puede la oración insistente del justo. Elías, que era un hombre de nuestra misma condición, oró fervorosamente para que no lloviese, y no llovió so-bre la tierra durante tres años y seis meses; oró de nuevo, y el cielo dio la lluvia y la tierra produ-jo su fruto.

Espiritualidad franciscana

“El varón de Dios Francisco... con toda el alma anhelaba con ansia a su Cristo; a éste se consagraba todo él… Convertía todo su tiempo en ocio santo, para que la sabiduría le fuera penetrando en el alma…Buscaba siempre lugares escondidos, donde no sólo en el espíritu, sino en cada uno de los miembros, pudiera adherirse por entero a Dios. Cuando, estando en público, se sentía de pronto afectado por visitas del Señor se recogía… y hacía de su corazón un templo.

Cuando oraba en selvas y soledades, llenaba de gemidos los bosques, bañaba el suelo en lágrimas, se golpeaba el pecho con la mano, y allí -como quien ha encontrado un santuario más recóndito- hablaba muchas veces con su Señor. Allí respondía al Juez, oraba al Padre, conversaba con el Amigo, se deleitaba con el Esposo... Así, hecho todo él no ya sólo orante, sino oración, se orientaba todo él hacia el Señor…”.

Francisco, goza con Dios, descansa en Dios, canta a Dios, lo bendice y alaba, le pide luz y fuerza. Busca momentos para dedicarse en soledad a la oración y el Señor le busca y le visita invitándole a la oración: todo él hecho oración.

Oración

Cansado vengo, mi Señor, cansado.
De la vida, con su lucha,
de la oración, con su agonía,
de mi propio corazón, siempre,
tan frágil, tan iluso, tan duro.
Tú eres mi descanso, Bien mío.

Cansado vengo, mi Señor, cansado.
Cuando me siento amenazado por mis miedos,
cuando levanto murallas ante el prójimo,
cuando me presento ante Ti,
cerrado sobre mí.
Tú eres mi descanso, Dios mío.

Cansado vengo, mi Señor, cansado.
A veces sin razón alguna,
arrastrando mi propio vacío,
mis ojos fijos en Ti,
mi Amado, deseo de mi alma,
Tú, Señor Jesús, mi paz.

Déjame reposar en tu corazón,
rodéame con tu brazo,
dame de beber de tu copa,
que vengo cansado, mi Señor, cansado.
Y Tú eres mi roca y mi agua viva,
mi dulzura y mi aguijón,
mi esperanza y mi Reino,
Dios Salvador mío, Padre.

Javier Garrido

Epílogo de la Carta

“Orar es tratar de amistad con quien sabemos nos ama” (Santa Teresa)

Evangelio diario del mes de julio de 2017

Las personas que deseen hacer una lectura diaria del Evangelio, según las lecturas que corresponden a cada día, tienen a continuación las referencias de todo el mes de julio:

1 Mt 8, 5-17 / 2 Mt 10, 37-42 / 3 Jn 20, 24-29 / 4 Mt 8, 23-27 / 5 Mt 8, 28-34 / 6 Mt 9, 1-8 / 7 Mt 9, 9-13 / 8 Mt 9,14-17 / 9 Mt 11 25-30 / 10 Mt 9,18-26 / 11 Mt 9, 27-29 / 12 Mt 10,1-7 / 13 Mt 10,7-15 / 14 Mt 10, 16-23 / 15 Mt 10, 24-33 / 16 Mt 13, 1-23 / 17 Mt 10,34-11,1 / 18 Mt 11, 20-24 / 19 Mt 11, 25-27 / 20 Mt 11,28-30 / 21 Mt 12, 1-8 / 22 Mt 12, 14-21 / 23 Mt 13, 24-43 / 24 Mt 12, 38-42 / 25 Mt 20, 20-28 / 26 Mt 31,1-9 / 27 Mt 13, 10-17 / 28 Mt 13, 18-23 / 29 Mt 13, 24-30 / 30 Mt 13, 44-52 / 31 Lc 9, 18-26

La oración en común de este mes de julio será el día 27 a las 19:30